Se me acaban las vacaciones y hay que terminar con buen pie. Hoy plan diseñado por Pepa, paseo por el centro de Madrid y aprovechar que estamos allí para picotear algo por dos sitios emblemáticos, el Mercado de San Miguel y Lhardy.
Tras pasear por la calle Alcalá, La Puerta del Sol, Arenal, la Plaza de la Villa y la Plaza Mayor nuestra primera parada es el Mercado de San Miguel. Ya solo visitar el edificio y su entorno merece la pena, pero lo mejor nos espera dentro. El concepto es el de tapear de toda la vida, pero sin movernos del lugar. Pides una bebida (o varias) y la idea es ir de puesto en puesto tomando las tapas que más te llamen la atención, o simplemente que más te gusten. La variedad de tapas es grande, desde las tradicionales de toda la vida, a las regionales, a las multinacionales, fusión, etc y todo desde 1 euro en adelante por tapa. En nuestra visita de hoy, vermut y sangría (¡no se cuánto hace que no me tomaba un vermut!), acompañado de tapas de gulas al ajillo, queso de cabra con cebolla caramelizada, foie con cebolla caramelizada y mermelada de frambuesas, anchoas, pulpo, salmón con salsa de eneldo, gamba cubierta de patata y erizo.
A las dos habíamos quedado con Rosi para conocer otro de los sitios históricos de Madrid, Lhardy, famoso, entre otras cosas por su cocido. Sin embargo la idea no era tomar este plato tan madrileño, sino unos consomés y unas croquetas, también típicos del lugar. Aunque las croquetas no han resultado tan buenas como las de Rosi, merece la pena y lo que sí es muy recomendable si andas por la zona y hace frío, es tomarse un caldito calentito de consomé.
Y por último, no nos íbamos a volver a casa sin tomar algo dulce. En este caso Rosi nos ha llevado a la terraza del Corte Inglés donde han montado otro espacio “gourmet” estilo del mercado, pero en este caso con unas vistas impresionantes de Madrid. Tras unas crepes rellenas de helado y de disfrutar de las vistas, camino de nuevo a la calle Álcalá para coger el autobús y volver a casa.
Nunca había visitado el centro el plan turista, cámara en mano y merece mucho la pena. Hay rincones increíbles que por lo general pasamos rápido y que es recomendable visitar tranquilamente y disfrutar pausadamente de los mismos. Como os podréis imaginar he hecho muchas fotos que ya iré colgando en el blog según las vaya procesando.
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