Todo empezó hace unos años, cuando las niñas vieron en el cine la primera peli de los Pitufos y se quedaron entusiasmadas; entonces Juan subió al desván de su madre para buscar unos tebeos antiguos de los Pitufos “originales”… y allí estaba él, detrás y debajo de un montón de cajas, el Halcón Milenario. Juan no se lo podía creer. La nave de la Guerra de las Galaxias que pensó que su madre le había tirado a la basura y que casi costó una grave disputa familiar. Y a su lado, la gran cabeza de Darth Vader que se abría y guardaba los muñequitos, perdón, quería decir los personajes. Juan estaba emocionado y les transmitió a las niñas su emoción. Les estuvo contando lo que significaba para él ese hallazgo, que era como volver a su infancia y les decía los nombres de todos y quién era bueno, y quién no, y quién tenía la fuerza y quién era del lado oscuro… ¡Eso llevó a que se vieran las 6 pelis de la Guerra de las Galaxias juntos! Y aquí es a dónde quería yo llegar… esto es lo que quería compartir con vosotros… que me chifló verles disfrutar tanto. Que contaban los días que faltaban para que llegara el sábado por la tarde y poder ver la peli que tocara,  los 3 pegados, bueno, Mara encima de su padre porque había partes que le daba “miedito”. Y cuando acabó la saga, Juan enseguida buscó otra, porque disfrutaba demasiado de esos momentos. Y aunque Mara ya se descolgó porque le daban “demasiado miedito”, con Luna se vio todas las de Indiana Jones, y las de Piratas del Caribe y ayer se acabaron los dos el libro del Hobbit, por lo que van a empezar con la saga del Señor de los Anillos. Y a mí me sigue encantando verles. Juan está feliz y dice que en un par de añitos se volverá a ver todas con Mara. El caso es que a mí todos estas pelis no me emocionan demasiado, pero sí verles compartir estos momentos… ¡Y las risas que se traen cuando me preguntan los nombres de los personajes!!… eso… no tiene “pitufoprecio” 😉